Objetivo Maratón de Madrid 2012 (y II)

Crónica de Aranchi "Cactus" Palacio.Pum, pum. Pum, pum. Cajón nº 3. Nervios, risas, saltitos... Casi no puedo moverme.Pum, pum. Pum, pum. Echo la cuenta: 42 kilómetros. Uno por año, está bien...Pum, pum. Pum, pum. Son las nueve, la gente grita.¡¡¡VAMOS!!!

Mi primer maratón
* Crónica de Aranchi "Cactus" Palacio

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Pum, pum. Pum, pum. Cajón nº 3. Nervios, risas, saltitos... Casi no puedo moverme.
Pum, pum. Pum, pum. Echo la cuenta: 42 kilómetros. Uno por año, está bien...
Pum, pum. Pum, pum. Son las nueve, la gente grita.¡¡¡VAMOS!!!

Plaza Colón. 9 de la mañana. Adrenalíticos perdidos los cinco.

Al principio salimos andando del cajón. Empiezan a volar camisetas, chaquetas, por encima de nuestras cabezas. Pasamos por debajo del arco, le damos al crono. Ahora sí, a correr!!!

Los primeros kilómetros vamos despacio, no se me pasan los nervios, no me entero muy bien por dónde vamos. Corremos muy juntos, ¡somos casi 20.000!, tanto que Nuri y yo nos vamos dando codazos todo el rato. En las cuestas podemos ver a los que van delante. Al ser tantos y tan juntos parece que no se mueven.

Calle Príncipe de Vergara. KM. 10.

Casi desde el principio hablamos con unos y con otros. Como llevamos puesto en la camiseta "Cantabria" la gente nos va diciendo: "yo soy de Laredo", "yo veraneo en Cóbreces", "esas cántabras", "eh chicas, os conozco de entrenar en el pata". Y así durante toda la carrera. Me encanta ese rollo de hablar con todo el mundo.

Buscamos a Pedro por La Castellana. La vista de las torres Kio al fondo es todo un espectáculo. Correr por todo el centro de Madrid, por sus sitios más emblemáticos, sin tráfico, es casi surrealista. Nuria está impaciente. Por fin, en el 16... Pedro!!! Corre un rato con nosotras, nos hace fotos. Nos anima: subidón, subidón... Seguro que nos hace un reportaje súper chulo, como siempre. Acabo de tomarme mi 1º gel.

Puerta del Sol. Km. 18. Vamos.

Vamos a por el 21. Hace rato que hemos aumentado la velocidad. Tenemos muy buenas sensaciones. Le ponen oxígeno a alguien que está tirado en el suelo. A veces la gente nos hace pasillos y yo me siento como Indurain subiendo el puerto. Es impresionante, no paran de animarnos. Lo que más me gusta son los niños pequeños. Extienden los brazos para chocarnos las manos. A mí me encanta sentir sus manitas; supongo que nos tienen a todos por súper campeones. A veces nos entretenemos mirando a los demás corredores. Uno lleva una camiseta con la leyenda: "las medallas se ganan entrenando, las carreras se disfrutan". Me hace recordar los días en el pata, entrenando de noche, con el frontal, el frío, la lluvia... En la Viesca metidas en el río por la crecida, mis 3 puntos en la barbilla, Nuri a veces sin comer del curro, las visitas al fisio... Pabernos matao!!!

En el 26 volvemos a ver a Pedro. Es genial cómo nos anima. Me tomo mi 2º gel. Le digo a Nuri: "prométeme que a partir del 30 no miras para atrás". Se resiste un poco. "Te lo prometo". Un poco después del 28 me doy cuenta de que ya estamos en Potes. A partir de aquí es tierra por conquistar.

Plaza de España. Entrando a la Casa de Campo. Km. 25. Claros síntomas de agotamiento. Las perracas.

Llegamos a la Casa de Campo. Este cacho es todo de bajada. Recupero mucho, pero me temo lo peor: todo esto vamos a tener que subirlo después y lo peor está al final... Casi en el 30: "Nuri, tu cuñao!!!". Ahí está con su hermana y unos amigos. Vaya chutazo de energía nos dan, gritamos, nos emocionamos al verlos... Noto cómo Nuri empieza a tirar. Me saca metros poco a poco. Ni me planteo seguirla, está muy fuerte. Dejo que se vaya. No me da pena; sé que para ella esto es lo mejor de la carrera.

En el 35 me tomo mi último gel. Es la hora del cambio de estrategia. Todo el mundo nos ha dicho que nos reservemos, que lo peor está al final. Así que yo pongo plato pequeño, piñón grande. Tiqui, tiqui, tiqui, tiqui. Es en este momento cuando comprendo que lo voy a conseguir, aunque mis caderas ya hace rato que han empezado a protestar. "Callaos, ya queda poco". Y ya no pienso en nada más que en correr.

Paso al lado de una banda. Tocan una versión de "La Lola" de Los Suaves. Cojo aire y grito: "¿Dónde vas bala perdida, dónde vas triste de tí?" Creo que me la cantan a mí... "Uf, que me ahogo". Me coloco muy cerca de la gente para oir bien sus ánimos que me empujan arriba, arriba. Levanto la vista. La Puerta de Alcalá. Ahí está, ahí está. Me concentro en los gritos: "campeona", "ya lo tienes", "vamos, vamos". Ellos me hacen más fuerte. Me siento aturdida, paso por el 40. Qué impresión, lo voy a conseguir!!! Miro al suelo, tiqui, tiqui, tiqui, tiqui. Me adelantan y adelanto. Hay mucha gente que va andando. Mierda, estoy peor de lo que pensaba, ese tío va corriendo patrás??? 41, sí!!! Alguien se me echa encima: Luis, Rolan, Esther... Me entran ganas de llorar al verlos. Quiero parar y abrazarles pero no lo hago, no podría volver a correr. Entro en El retiro. Ultimos metros. A pesar del dolor y el cansancio, o puede que precisamente por ellos, estos últimos 7 kilómetros me hacen sentir orgullosa. Río y lloro a la vez. Dios, ¡qué emoción!. Oigo los gritos de la gente. Las caderas me estallan. La familia de Nuri otra vez animando. Levanto los brazos. Cruzo la meta. Alegría inmensa. Busco a Nuri, aquí está. Nos abrazamos... Pum, pum. Pum, pum. ¡¡¡LO CONSEGUIMOS!!!

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