Crónicas de Aotearoa I. Comienza la aventura en la Isla Norte. Hobbits, volcanes y piratas.
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Los controles en el aeropuerto son la caña.
Al salir del aeropuerto, la primera decisión. Nos recomiendan no ir a Auckland con la campervan y tampoco pernoctar allí es posible, por lo que tendríamos que aparcar en las afueras e ir en transporte urbano al centro. Además después de los trámites en el aeropuerto, los trámites en la oficina de alquiler de la campervan y la parada a comprar comida en un New World, se nos ha pasado media tarde. Esto unido a la grima que cada vez más nos vienen dando las ciudades hace que decidamos no visitar Auckland y dirigirnos hacia Coromandel, una vez que tenemos descartado también la visita a la parte norte de la isla Norte.
Conducimos durante un buen rato con alguna parada para echar fotos y alucinar literalmente con los paisajes que se nos ofrecen. Qué ilusos, esto no es nada con las carreteras escénicas que vendrían después continuamente, pero cómo íbamos a saberlo, de momento conducíamos boquiabiertos… también Nuria tuvo su debut conduciendo por la izquierda, porque yo iba muerto de sueño y enseguida tuvo que ponerse ella al volante.
Se hacía de noche y decidimos parar en el primer sitio que viésemos posible. Elegimos un parking en Thames, donde era posible pernoctar para las campervan. Cenamos algo rápido y caímos redondos.
Wellington de un vistazo Conducimos durante un buen rato con alguna parada para echar fotos y alucinar literalmente con los paisajes que se nos ofrecen. Qué ilusos, esto no es nada con las carreteras escénicas que vendrían después continuamente, pero cómo íbamos a saberlo, de momento conducíamos boquiabiertos… también Nuria tuvo su debut conduciendo por la izquierda, porque yo iba muerto de sueño y enseguida tuvo que ponerse ella al volante. Se hacía de noche y decidimos parar en el primer sitio que viésemos posible. Elegimos un parking en Thames, donde era posible pernoctar para las campervan. Cenamos algo rápido y caímos redondos. |
Los controles en el aeropuerto son la caña.
Al salir del aeropuerto, la primera decisión. Nos recomiendan no ir a Auckland con la campervan y tampoco pernoctar allí es posible, por lo que tendríamos que aparcar en las afueras e ir en transporte urbano al centro. Además después de los trámites en el aeropuerto, los trámites en la oficina de alquiler de la campervan y la parada a comprar comida en un New World, se nos ha pasado media tarde. Esto unido a la grima que cada vez más nos vienen dando las ciudades hace que decidamos no visitar Auckland y dirigirnos hacia Coromandel, una vez que tenemos descartado también la visita a la parte norte de la isla Norte.
Conducimos durante un buen rato con alguna parada para echar fotos y alucinar literalmente con los paisajes que se nos ofrecen. Qué ilusos, esto no es nada con las carreteras escénicas que vendrían después continuamente, pero cómo íbamos a saberlo, de momento conducíamos boquiabiertos… también Nuria tuvo su debut conduciendo por la izquierda, porque yo iba muerto de sueño y enseguida tuvo que ponerse ella al volante.
Se hacía de noche y decidimos parar en el primer sitio que viésemos posible. Elegimos un parking en Thames, donde era posible pernoctar para las campervan. Cenamos algo rápido y caímos redondos.
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...tomorrow we will run faster, stretch out our arms farther... And then one fine morning— So we beat on, boats against the current, borne back ceaselessly into the past. Construido en tres niveles, el Puente tiene 49 metros de alto y el nivel más largo tiene 275 metros de longitud.
Desde 1985 el Pont du Gard está registrado como Patrimonio de la Humanidad.
El puente del Gard es una de las cinco atracciones turísticas más visitadas de Francia, con 1,4 millones de visitantes en 2001 y está incluido en la lista de Grand site national. Pont du Gard, en idioma francés original. El río Gard, al que debe su nombre el departamento en el que se encuentra, no existe realmente con este nombre. El río, formado por muchos afluentes, muchos de los cuales son llamados Gardon, recibe también el nombre de Gardon.
Pont du Gard, en idioma francés original. El río Gard, al que debe su nombre el departamento en el que se encuentra, no existe realmente con este nombre. El río, formado por muchos afluentes, muchos de los cuales son llamados Gardon, recibe también el nombre de Gardon.
Construido en tres niveles, el Puente tiene 49 metros de alto y el nivel más largo tiene 275 metros de longitud.
Desde 1985 el Pont du Gard está registrado como Patrimonio de la Humanidad.
El puente del Gard es una de las cinco atracciones turísticas más visitadas de Francia, con 1,4 millones de visitantes en 2001 y está incluido en la lista de Grand site national. Pont du Gard, en idioma francés original. El río Gard, al que debe su nombre el departamento en el que se encuentra, no existe realmente con este nombre. El río, formado por muchos afluentes, muchos de los cuales son llamados Gardon, recibe también el nombre de Gardon.El puente del Gard es un acueducto situado en el sur de Francia construido por el Imperio romano. Se encuentra junto al pueblo de Remoulins, en el departamento de Gard. Se construyó durante el siglo I d.C.
Pont du Gard, en idioma francés original. El río Gard, al que debe su nombre el departamento en el que se encuentra, no existe realmente con este nombre. El río, formado por muchos afluentes, muchos de los cuales son llamados Gardon, recibe también el nombre de Gardon.
Construido en tres niveles, el Puente tiene 49 metros de alto y el nivel más largo tiene 275 metros de longitud.
Desde 1985 el Pont du Gard está registrado como Patrimonio de la Humanidad.
El puente del Gard es una de las cinco atracciones turísticas más visitadas de Francia, con 1,4 millones de visitantes en 2001 y está incluido en la lista de Grand site national. Pont du Gard, en idioma francés original. El río Gard, al que debe su nombre el departamento en el que se encuentra, no existe realmente con este nombre. El río, formado por muchos afluentes, muchos de los cuales son llamados Gardon, recibe también el nombre de Gardon.
Conducimos durante un buen rato con alguna parada para echar fotos y alucinar literalmente con los paisajes que se nos ofrecen. Qué ilusos, esto no es nada con las carreteras escénicas que vendrían después continuamente, pero cómo íbamos a saberlo, de momento conducíamos boquiabiertos… también Nuria tuvo su debut conduciendo por la izquierda, porque yo iba muerto de sueño y enseguida tuvo que ponerse ella al volante.
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